Muchos hemos experimentado que en contacto con la naturaleza, nuestros sentidos se recuperan y despiertan. En cambio, la carencia de vitamina N (de naturaleza), podría ser responsable de muchas de las dolencias físicas y psíquicas que hoy nos aquejan.
Cuando volvemos a la naturaleza, lejos de la vida urbana, podemos sentir de nuevo y somos capaces de identificar más claramente nuestra verdadera esencia.
En toda caminata por la naturaleza, uno recibe mucho más de lo que busca. Podemos encontrar sonidos espectaculares, puestas de sol, vegetación exuberante, agradables colores, curiosos y variados bichitos, vistas únicas e irrepetibles, como también podemos encontrar dentro de nosotros esos minutos de silencio que nos ayudan a interiorizar, agradecer, orar, meditar y encontrar esa paz tan anhelada dentro de nosotros.
Podemos encontrar a Dios en la naturaleza, en los animales, en las aves, en el medio ambiente. Dar un paseo por la naturaleza tiene poder sanador para nuestra mente y nuestra alma. No pedimos nada de la naturaleza, sin embargo la naturaleza nos brinda silencio, paz, armonía y belleza sin límites. Caminar en la naturaleza es una terapia gratuita y eficiente para nuestras vidas estresadas, es una invitación a detenernos, admirar, agradecer y sobre todo – en medio de tanta belleza- poder adentrarnos en nuestro ser y sentirnos parte de ella.
Para gozar de este encuentro no es necesario realizar actividades complicadas ni aventurarse en arriesgados deportes que requieren costosos equipamientos. Unos actos sencillos pero sentidos pueden tener enormes repercusiones tanto en nuestra salud como en nuestro estado de ánimo y crecimiento personal.
SENTIR NUESTROS PIES DESCALZOS
Has experimentado la sensación de caminar descalzo en la arena mojada, el fresco césped, la tierra? Haciéndolo nos ponemos en contacto directo con la naturaleza, soltamos tensiones y nos recargamos de energía. También nos sentimos más adentro, inmersos en el paisaje.
HERRAMIENTA DE INSPIRACIÓN
El instinto artístico es tan común a todas las personas como el lenguaje. La naturaleza es una gran fuente de inspiración que hace que nuestro instinto artístico surja espontáneamente. Crear, pintar, escribir, componer… muchas de estas cosas se crean con mayor facilidad, motivación e inspiración rodeados de naturaleza.
ESCUCHAR EL SONIDO DEL AGUA
Se ha dicho muchas veces que el agua es fuente de vida. Su presencia nos calma y nos llena el espíritu. Su forma continua de fluir, su sonido, el frescor y la renovación energética que aporta allí por donde pasa, y las numerosas plantas y animales que se acercan a beber y vivir en ella la convierten en un elemento ideal para ofrecernos un paseo reparador.
EL SONIDO DEL SILENCIO
Uno de los principales efectos de la vida moderna es que los sentidos se estrechan fisiológica y psicológicamente. Detenernos a escuchar la vida del bosque, con sus sonidos que crecen y se multiplican a medida que les prestamos más atención, puede ser el inicio del camino de los sentidos. Ponerse a prueba en este aspecto es una experiencia enriquecedora y sorprendente.
PRACTICAR EL AQUI Y EL AHORA
Conforme practiquemos el envolvernos poco a poco en un ambiente natural y disfrutar de el, se nos hará un habito detectar esos agradables sonidos y los descubriremos con mayor facilidad, incluso en el denso tránsito de una ciudad, hasta en un pequeño jardín o espacio natural – por pequeño que sea. De esa forma nos será más fácil poder disfrutar de la atención plena, conocida también como vivir el aquí y el ahora, el momento presente, este momento…
Podemos descubrir y afirmar que toda la naturaleza habla de Dios, vasta tener ojos para ver, oídos para escuchar y sensibilidad para disfrutarla. Se dice que la mitad de la belleza depende del paisaje, la otra mitad de la persona que las mira y la disfruta. Te invito a ser esa persona y si ya lo eres, te felicito!! Sigue disfrutando de todas las maravillas que tenemos a nuestro alcance!!