Siempre he sido de la idea de que el mejor día de tu vida – el más importante – es el día de tu nacimiento. Y porque así?

Dios te creó, hombre o mujer, pensó en ti al crearte, dedicó y puso en ti su amor, te creó con un propósito divino. Si tu no hubieras nacido la vida sería muy diferente: tus padres no hubieran vivido las experiencias que vivieron a través tuyo, no habrías experimentado todo lo que has vivido, la gente que has tratado a lo largo de tu vida no te hubieran conocido – algo bueno habrás dejado en cada alma que has tocado. La profesión que estudiaste y todo lo que con ella has podido lograr no hubiera sido posible. Si tienes hijos fue posible gracias a ti y gracias tambien al maravilloso ser humano que se unió a ti para que ese sueño se realizara, tus decisiones a lo largo de tu vida te han marcado un rumbo…en fin, todo eso y más gracias a que estás en este mundo, la vida no sería igual sin ti!

Si, si…que nadie es indispensable, que otro/a lo hubiera hecho….si, está bien, pero no dejando ahí impregnado aroma y tu sello, no con tu forma y estilo, no con tu luz y tu sombra, no sería igual!! Por eso y más, la vida se celebra. El estar vivo, se celebra. El poder abrir los ojos cada día, se celebra. Celebramos cada cumpleaños porque nos alegramos y agradecemos vivir un año más y los que nos aman se alegran de nuestra vida y de tenernos a su lado cada día. Vivir es una celebración!

Así es que, como es eso que la vida comienza a los 50’s….? Y los demás años y días vividos? No puedo echar atrás mi mirada sin recordar tantas experiencias y tantos momentos… esos años previos, será que no había empezado a vivir?

Qué pasa con mis 20’s? Donde experimenté muchas cosas, trabajé, viajé, conocí, aprendí, cometí errores y horrores, hice mis locuras, me enamoré, amé, me desamoricé y volví a amar de nuevo, tuve mis dudas, tomé ciertas decisiones que sin duda marcaron mi vida positivamente, y en todo aquello que no acerté puedo decir que de todo eso sus grandes enseñanzas me dejaron… y durante esos 20’s pensé que estaba viviendo los mejores años de mi vida….

Si la vida comienza a los 50’s…Adónde quedaron mis 30’s? Donde viví lo más hermoso que podía imaginarme: ser madre! Ver crecer de cerquita a mis pequeños, disfrutar de sus juegos, disfrutarlos plenamente. Protegerlos, vivir mis miedos, mis dudas, poner mi confianza en Dios, mis oraciones…y pensé durante mis 30’s que estaba viviendo los mejores años de mi vida…

Y mis bellos 40’s? Si la vida empieza a los 50, será que mi vida ahí no había empezado si fue una época de enormes e interesantes cambios, de mayor seguridad y grandes satisfacciones. De descubrir que mis oraciones son contestadas, de querer dejar de controlar y a cambio aprender a controlarme a mi misma, de aprender a soltar, dejar volar y respetar individualidades, reconocer que el buen ejemplo tiene más poder que las palabras, a valorar más y amar más… esos 40’s de recoger muchas veces todo aquello que en su momento sembré con amor y esperanza, y así pensé que a mis 40’s estaba viviendo los mejores años de mi vida…

Y si la vida empieza a los 50’s qué ha pasado con todos los años vividos? A mis 50 y tantos no quiero empezar a vivir, quiero seguir viviendo!! Quiero seguir sintiendo que estoy viviendo los mejores años de mi vida. Seguir amando, dejarme amar y seguir siendo feliz – independientemente de mis circunstancias de vida – seguir poniendo mi vida en las mejores manos y seguir confiando en que mis oraciones tarde o temprano tendrán respuesta y que esas plegarias me seguirán abriendo – a mi y a los míos – el mejor camino para transitar por la vida.

Cada mañana al despertar empieza una nueva vida, una nueva oportunidad para ser feliz y vivir mejor!

A lo largo de todos estos años he vivido, he reído, he llorado, he aprendido, he amado! Y puedo decir que el gran cambio que los años han aportado a mi vida, se ha producido más que todo en mi alma.

Los años me enseñaron a priorizar, a conciliar con el amor, a agradecer el regalo inmenso de la amistad, a valorar aun más la vida, a afianzar mi espiritualidad, a abrazar algunas veces la tristeza y poder valorar más la alegría de vivir y de compartir. Hoy confieso que un abrazo y un beso de mi esposo y de mis hijos, la sonrisa de mis sobrinos, el amor de mis papás, una celebración familiar, una amistad sincera y de años, producen millones de luces y alegrías en mi vida, más luces que la más deslumbrante constelación de estrellas!

A mis 50 y tantos no quiero empezar a vivir, quiero seguir viviendo! Y viviendo cada vez mejor, sabiendo y con la certeza de que lo mejor no está por venir, lo mejor lo estoy viviendo ahora mismo, porque no se si mañana estaré para contarlo.

Así es que mis 50 y tantos también son los mejores años de mi vida, los cuales empecé a construirlos desde muy joven, porque es en el presente y con nuestras decisiones que construimos nuestro futuro. Y hoy abro los brazos fuertes a la vida, celebro mi día, espero siempre lo mejor que Dios y la vida tengan preparados para mi porque justamente siento y pienso que estoy viviendo los mejores años de mi vida!

Y estoy segura que en tu vida también has tenido momentos diversos, retadores, alegres, dolorosos, tiempos de cambios y ajustes…pero cada etapa vivida deja sus enseñanzas, sus lecciones, sus cosas maravillosas e inolvidables!

La vida no empieza a los 50’s, la vida empieza cada día – al abrir los ojos y agradecer por un día más, al dar y hacer lo mejor en cada momento, al proponernos vivir intensamente cada instante, con pasión, al dejar nuestro futuro en las mejores manos y tener esa voluntad firme y deseos para seguir alcanzando sueños!

A mis 50 y tantos no quiero empezar a vivir, quiero seguir viviendo! Y viviendo cada vez mejor, sabiendo y con la certeza de que lo mejor no está por venir, lo mejor lo estoy viviendo ahora mismo, porque no se si mañana estaré para contarlo.