Muchas veces en aniversarios de cumpleaños, en deseos de Año Nuevo, para uno y los demás pensamos y deseamos las mismas cosas: amor, trabajo, salud, alegría, y en esas tarjetas de fin de año y buenos deseos para nuestros amigos existe una palabra que constantemente se repite….PAZ…. esa paz que deseamos para todos, para nosotros, para el mundo. Esa paz que nos deseamos en cada misa…

Cuál es esa verdadera paz? Será La Paz de los cementerios, un lugar donde no pasa nada, donde no haya nada que te altere?

Cuenta Jorge Bucay, en uno de sus hermosos cuentos que nos ilustran la vida:

Había una vez un Rey que se había hecho un palacio y tenía una enorme habitación para descansar cada noche. Se le ocurrió que en la pared – justo frente a su cama – él quería tener una pintura que representara la paz porque él decía que era el bien más deseado y más buscado.

Entonces quería cada noche mirar esa pintura, recordar la importancia de la Paz para él, para su familia, para su reino, para el mundo.

Así es que hizo venir artistas de todo el planeta y les pidió que hicieran un boceto de un cuadro que simbolizara la paz. En silencio y en su habitación él eligió uno y no permitió que nadie viera al pintor mientras pintaba su moral. Ni siquiera él se apareció para ver el cuadro mientras lo pintaba. Cuando estuvo terminado, entró en su habitación y al mirarlo detenidamente dijo: “Maravilloso, es exactamente lo que yo quería!!”

Hizo que le dieran al pintor el dinero pactado y un poco más por la obra realizada.

Abrió la puerta de su dormitorio para mostrar a todos el mural en su cuarto, la gente que entró estaba sorprendida. El mural representaba una cascada, una terrible cascada de agua cayendo de un risco con toda la violencia. Una tormenta terrible aparecía en el fondo y unos rayos se deslizaban y hacían arder un árbol. La situación era caótica y dramática, nada parecido a la paz- pensaban todos.

Su mejor amigo se acercó a él y le dijo: “Querías un cuadro que representara la paz y han pintado esta tormenta tenebrosa!!”, El rey le dijo: “Ven acércate un poco…tu ves la cascada que cae? Mira en esa saliente de la cascada, atrás de la cortina de agua”..el hombre miró y vió que ahí había un nido con un pájaro que alimentaba a sus polluelos, donde una madre cuidaba de sus hijos en medio de una serenidad asombrosa a pesar de la tormenta.

El rey dijo: “La paz para mí no es un paisaje tibio y suave. La Paz es aquella serenidad que se encuentra dentro de la situación más caótica y a pesar de ella, aquella tranquilidad que podemos encontrar aunque en el afuera la tormenta arrecie fuertemente.

Deseo que encuentres la paz – pero no la paz donde no pasa nada, sino esa paz donde pasan muchas cosas, y tú sigues estando serena, centrada, encontrada contigo misma, cuidando de los tuyos y por supuesto, dejándote cuidar un poco.

Cuál es tu verdadera paz? La paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. PAZ significa que a pesar de estar en medio de estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón.♥♥♥ “Mi paz les dejo, mi paz les doy, no como el mundo se las da. Que no haya entre ustedes angustia ni miedo.” Juan 14,27🦋