Cómo celebras tus cumpleaños? Piensas que es un año menos de vida o un año más lleno de experiencias y sueños por cumplir?

En mi caso personal puedo decir que, pasan y pasan los años y cada cumpleaños es una celebración especial, un agradecimiento sincero a Dios por la vida que me ha permitido vivir.

Cuando llegamos a cierta edad – especialmente a los 50 años – nos planteamos muchas cosas, nos hacemos muchas preguntas, y hacemos un recuento de lo que hemos hecho en nuestra vida, lo que hemos aprendido y lo mucho que nos ha enriquecido la vida a través de los años con múltiples y diferentes situaciones.

También nos damos cuenta que ya no hay tiempo para perder el tiempo… y esto, particularmente, es clave para los 50 años.

Empezamos a eliminar “tóxicos” innecesarios en en nuestra vida: si no tenemos ganas de algo no lo hacemos y ya no existen sentimientos de culpabilidad por aquello. Simplemente, sino tenemos ganas de ir a algún lugar, no vamos y punto. Le damos la bienvenida a todo aquello que suma a nuestra vida y quitamos de ella – con mayor libertad y seguridad – todo aquello que resta en amor, sumando más experiencias sanas, en adquirir paz y armonía al día a día. A esta edad descubrimos que ya no estamos para congraciarnos con nadie y podemos sentirnos más libres al disfrutar de la compañía de los seres que escogemos y queremos que nos acompañen por el camino que nos falta por recorrer.

Empezamos a actuar con base en lo que más nos gusta y queremos, todo aquello que aporta y da sentido: si quiero hacer ejercicio o no, si quiero comer sano o darme alguno que otro gusto gastronómico de más, si quiero cambiarme el color del cabello, cómo lo quiero llevar, si quiero subir o bajar de peso, terminar algo inconcluso que siempre he querido…en fin, nos proponemos todo aquello que por diferentes razones o prioridades no pudimos darnos a la tarea de realizar. Muchos de los desafíos a esta edad son imperiosos! O lo hacemos a esta edad o se nos fue! Ya no hay cuando!…

Si te quedara un año de vida que es lo que harías? Amemos más y amémonos más, movámonos más, vivamos una vida activa, creadora, construyamos, seamos creativas, empecemos a crear ese proyecto de adultez desde la madurez que solo da el paso de los años.

Cuantas veces hemos pensado que nos gustaría tener 30 años menos con la sabiduría y experiencia que tenemos ahora, a estos años. Pero no se puede revertir el tiempo y lo que uno es, es, gracias a lo que hemos vivido, las oportunidades que hemos tenido y hemos aprovechado y lo que en su momento nos propusimos realizar y alcanzar.

A esta edad agradecemos todo lo vivido en el mundo – en nuestro mundo – de una manera muy distinta y profunda. Podemos decir que tenemos menos miedos, que nos avergüenzan menos cosas, que tenemos muchos más ganas de disfrutar, la sensación de decir qué va a pensar “el otro” nos importa poco o nada, cada vez nos importa menos muchas cosas.

Es en estos maravillosos años en que empezamos a recoger la cosecha de todo aquello que hemos ido sembrando en el camino. Descubrimos que no podemos recoger frutos de árboles que nunca sembramos y que la vida no se trata de recoger los frutos que cosechamos cada día, sino de las semillas que sembramos a su tiempo, aquellas que regamos, que cuidamos con amor, entrega y dedicación y vimos crecer y desarrollarse…esos son los dulces frutos que podremos recoger a manos llenas en estos maravillosos años de vida.

Ojalá podamos sentir más ganas de caminar, más ganas de correr, de bailar, más ganas de cantar, más ganas de vivir plenamente la edad que tenemos con toda la vitalidad que podamos generar y vivir con pasión cada trabajo o proyecto que nos propongamos realizar!

Vemos como empresas se reúnen dos veces al año para hacer una planificación estratégica, los jefes planifican el balance del año, se plantean objetivos concretos, se hacen programas de marketing y finanzas, etc. Las familias deberíamos hacer ese tipo de planificación estratégica también. Cuestionarnos cómo están nuestros hijos, cómo estamos a nivel sexual, en el tema de la comunicación, qué cambios podemos y necesitamos hacer, los planes que tenemos, ahorros, viajes maravillosos y aventuras de vida, gastos fijos, salidas en pareja para reencantarnos y reencontrarnos y muchos, muchos temas más. Si esta planificación no la acostumbramos hacer a nivel familiar menos lo vamos hacer de manera individual – para nosotros mismos… lo cual es muy necesario!

Planifiquemos, soñemos con voluntad, para que todo eso se transforme en logro. Todo lo que actives en cuerpo, mente y alma es fundamental y tiene mucho poder en cada una de nosotras.

De ahí también de tomar conciencia del poder de las palabras, de cómo nos hablamos a nosotras mismas y a los demás. Dejemos de hablarnos de achaques, de dolores, de molestias, sofoques y calores, de medicamentos y de remedios y de diversos temas así por el estilo porque se envejece más rápido.

En cambio cuando uno habla de sueños y proyectos, uno empieza a hablar de uno de una manera diferente y es cuando el proceso de envejecimiento es positivo y mucho más saludable y la vitalidad siempre va a estar activa, y en sano movimiento, haciendo cambios y ajustes beneficiosos para nuestra salud, siempre aportando lo mejor, lo positivo, reinventándonos cada día y llenándonos de una energía diferente y más poderosa que nos motiva siempre a avanzar y a seguir.

Eliminemos palabras como: “yo ya no…, a esta edad…, yo antes era…, porque lo único que hacen todas esas expresiones es limitarnos y creer que somos incapaces para muchas cosas y dejamos de cumplir sueños.

Planifiquemos y celebremos los cumpleaños como actos de vida, no de muerte. Celebremos la vida con los años que tenemos, con orgullo, propongámonos nuevos desafíos y con la felicidad de poder seguir avanzando cada día.

La vida se celebra hasta el último día de vida y poner voluntad y amor a cada uno de los sueños que tenemos – por pequeños que sean – nos ayuda a acércanos a ellos de una manera más positiva, con más pasión e ilusión, fortaleciendo la “nueva juventud” en la mente y el corazón que por supuesto luego se reflejará en el cuerpo y así poder transmitir nuestras experiencias a las futuras generaciones y seguir dando y recibiendo luz mientras vamos de camino por la vida.

Y si aún no has llegado a tus 50’s, sigue celebrando la vida, sigue celebrando tus cumpleaños y acumula lo mejor que la vida te brinda. Nunca dejes de soñar, sigue sembrando a lo largo de tu camino para que veas crecer esas flores maravillosas que tu misma escogiste cuidar, nunca dejes tu pasión de lado, nunca entregues tu felicidad…porque la vida es eso: celebrar cada día hasta el último día que nos toque vivir, dar amor y dejar huella en cada corazón que toquemos.