Esto lo escribo para ellos, mis hijos. Para que cuando lo lean sea como abrir una pequeña ventana a mi corazón y que sepan y tengan la certeza – una vez más – de que a su lado y disfrutando de su vida, han puesto signos de admiración a cada uno de mis días, que he disfrutado intensamente de su compañía y que aveces creemos que somos nosotros los padres los que les enseñamos e instruimos, pero para mi, lo que he experimentado y vivido a su lado, ha sido una simbiosis de amor maravillosa, con interesantes enseñanzas, experiencias, aprendizajes, cambios de paradigmas y sobre todo agradecimiento a Dios por poder verlos y disfrutarlos de cerca y no perderme momentos claves e importantes de la vida de cada uno.

Sigo aprovechando cada oportunidad que la vida me regala a su lado, aunque también al hacer recuento de hermosos momentos y recuerdos puedo también asegurar que amo las imágenes de gratas memorias… amé el escuchar sus piecitos descalzos que venían corriendo al lado de mi cama al despertar y hacerme la dormida. Amé contarles cuentos por las noches y ver sus manitas juntas en oración. Amé su cobijita sucia (la hila) y “el puñito” que nos hacíamos al dormir. Amé verlos jugar con tanto afán y que me pidan que juegue con ellos en el piso sus juegos favoritos. Amé los dibujos coloridos y las sorpresas que me hacían en alguna fecha especial. Amé sus escondites secretos en su cuarto. Amé encontrarme en un bolsillo de su pantalón cualquier “arma secreta”: un tornillo, una pequeña piedra, hasta un “anillo supersónico”, los intensos juegos con los dinosaurios, el poto y los múltiples disfraces con capas de súper héroe. Amo el recuerdo cuando me decían lo que querían ser cuando sean grandes. Amo cuando me regalaban flores del jardín. Amé escuchar sus chistes e historias una y otra vez. Amé todas esas expresiones, sus piruetas y su manera de bailar y de tocar la guitarra. Amé cuando nos contabas cuentos inventados y cuando escuchabas atentamente mis historias para ti y el cuento de la imaginación. Amé tomar tu carita entre mis manos y mirarte a los ojos. Amé caminar juntos por la playa y ver su expresión de asombro por el más pequeño bichito. Amé tus preguntas y tus dudas. Amé cuando me llenaban de besos y esos abrazos eternos de oso. Amé su disfraz de spiderman y que se crean firmemente, con su completa inocencia, que no sabíamos quien estaba detrás de él. Amé cada vez que sonrían y cuando se les iluminaba la carita al ver a su papito llegar. Amé cuando me decían espontáneamente: “te amo demasiado hasta el cielo y más allá”. Amé que quieran a sus hermanitos y los juegos que inventaban entre ellos. Amé su amor y alegría por sus primitos y abuelitos y que los extrañen cuando no están. Amé su empeño, su alegría, su memoria, su imaginación y su energía. Amé poder verlos crecer de cerca, arroparlos por las noches y darles la bendición. Amo el momento en que viniste al mundo, amo tenerte en mi vida y formar parte de la tuya!! Amo la felicidad que me das…AMO ser tu mamá!! Que Dios y los ángeles del cielo sigan cuidando de cada uno de ustedes todos los días de su vida!

Y ahora que están mas creciditos y que muchas veces quieren volar su propio vuelo, solo les pido que afiancen bien las alas, que recuerden todas las enseñanzas y el amor recibido. Que hagan siempre el bien, que valoren la vida, que no confíen del todo pero que sepan que siempre habra alguien en quien confiar y que ellos deberán ser uno de ellos.

Me encantan sus conversaciones, sus diferentes puntos de vista, sus propios criterios y cuestionamientos, su capacidad de razonar y tomar sus propias decisiones.