En estos días me he dado a la tarea de investigar un poco, analizar, ver, leer y buscar algún tipo de información que nos ayude a nivel emocional a sobrellevar de manera efectiva y mejor toda la situación que estamos enfrentando en el mundo entero con este tema de actualidad de la pandemia del covid-19.

Todos hemos tenido muchísima información para evitar el contagio, el aumento de la higiene como medio de prevención y evitación a la vez. Sin embargo no recibimos tanta información sobre cómo manejar todo este tema a nivel de emociones, las cuales muchas veces, al no tener un buen manejo de estas, hace más estragos y provoca muchas más actitudes destructivas que la propia pandemia en si – esto sin el afán de quitarle la importancia como tal en lo más mínimo.

El mundo entero está pasando de repente por un momento emocional difícil, sin embargo creo firmemente en la importancia de darle al cuerpo lo que se merece en cuanto a prevención e higiene – por supuesto, pero a su vez juntos también tratar de vencer el “analfabetismo emocional” que muchas veces nos acoge y doblega de manera impresionante ante hechos como los actuales.

Todos esos pensamientos excesivos sobre el tema, el miedo excesivo al contagio, sensaciones físicas y distorsiones del pensamiento y mucho más nos indica que estamos pasando por un momento emocional difícil debido a la tensión que produce esta crisis de la pandemia.

 

El tiempo de crisis debemos verlo como el tiempo de las decisiones importantes y relevantes, es el tiempo de la inteligencia y la valentía,  nos hace ser conscientes de nuestros miedos, nuestras diversas y diferentes manifestaciones derivadas del stress, nuestras preocupaciones y nuestra propia evolución de cara a esta situación que hoy vivimos nos lleva a aceptarnos a reconocer nuestros signos de stress y debilidad, y también a aprender a manejar con empatía las angustias de los demás. 

El tiempo de crisis es el tiempo de nuestra propia inteligencia, de demostrar nuestra capacidad de entender y elaborar la información que recibimos para  poder usarla de manera adecuada.  Los hechos alrededor del acontecer mundial con esta crisis produce un impacto en nosotros el cual se reduce en distintas emociones, las cuales repito, se deben reconocer, entender, razonar y sobre todo manejar de forma inteligente y adecuada.

Como lo dije anteriormente, ya tenemos suficiente información sobre como cuidar nuestro cuerpo a través de las informaciones diversas de asepsia y de manejo preventivo, pero seguimos sintiéndonos afectados de muchas formas cuando vemos las cifras de infectados, de muertes  o todas aquellas que nos dejan ver el crecimiento exponencial de la pandemia y el dolor humano que todo eso conlleva nos hace vulnerables ante los demás. La preocupación es normal, recordemos que el manejo normal del miedo nos hace prudentes y nos lleva a reaccionar. Necesitamos ahora ocuparnos, ocuparnos de una información que nos ayuda a comprender el stress que esta situación nos produce a nosotros y a los demás.

Frente a esta tensión vemos reacciones muy positivas frente al tema pero también vemos y tenemos comportamientos no tan positivos producidos por el miedo y la desinformación  o también por el exceso de información.

 

Les propongo a continuación cinco recomendaciones para manejar de manera mas eficiente e inteligente nuestras emociones y comportamientos ante estos momentos de crisis.

Primera clave: ser valientes emocionalmente frente al miedo

 No sabemos con certeza que va a pasar con nosotros, pero ya la humanidad y nosotros mismos hemos enfrentado crisis importantes .  China está saliendo de esta dificultad y nosotros podremos lograrlo si vemos posibilidades donde otros sólo ven dificultades.  Las personas inteligentes emocionalmente son positivas y valientes, ven el vaso medio lleno y encuentran en los momentos de dificultad ocasiones propicias para reinventarse, para estudiar, para usar el tiempo en cosas productivas, más que pasar horas de horas viendo noticieros e información alarmante y caótica del tema.  Cierto e importante es estar informados, pero para esto buscar noticieros oficiales con lo importante, tener filtros de información que nos aporte calidad de la misma.  

Si reemplazamos nuestros sentimientos de angustia por pensamientos positivos y esperanzadores cambiarán nuestras percepciones y emociones y por ende cambiarán nuestras acciones y seremos más valientes.  Recordemos que hay que cuidar nuestro pensamiento y nuestras palabras porque nuestras palabras tienen un poder maravilloso. 

Concentrar nuestra atención en lo malo y hablar solo de cosas negativas lleva nuestra mente a pensar y centrarse en las amenazas que se derivan de lo negativo, eso se vuelve perverso para nuestra emoción y la de los otros porque dejamos de ver todo lo bueno que nos trae la vida.

Segunda clave: dimensionar para hacernos más prudentes 

Emocionalmente es indispensable dimensionar la amenaza.  La serenidad nos lleva a repensar actitudes impulsivas como acabar con los anaqueles del papel higiénico, con los geles antibacteriales en los supermercados y dejar a los demás sin nada para su prevención.  

No hay que preocuparse, hay que ocuparse y ser sobre todo prudentes.  No debemos ver una amenaza más grande de lo que es, hay que escuchar a los médicos , a los especialistas, informarnos de los niveles y alcances reales de este virus nos hace ser más conscientes de nuestra realidad y no entrar en pánico colectivo.  Sabemos que el resguardarnos y no exponernos es fundamental para todos. Por lo tanto ya sabes qué vas a hacer cada uno de esos días, qué va a pasar con tu salud emocional y física si cada uno de estos días están llenos de excesiva preocupación? Estar bien informados, tomar con serenidad los datos y la información que estamos recibiendo nos hace prudentes y nos hace dimensionar nuestra reacción y por ende nuestra respuesta emocional ante el hecho.

Tercera clave: Filtrar la cantidad y calidad de las fuentes de información

Eres de las personas que pasan viendo noticias todo el día o buscar en las redes cualquier clase de información de cualquier tipo de fuente no fiable y segura.  Escuchas y ves cuanto mensaje te llega del tema.  No se trata de aislarnos de la realidad pero también es inteligente entender que el exceso de noticias nos lleva a crisis emocionales extremas. Además en tiempos de crisis sobreabundan las noticias engañosas, teorías de conspiración del fin del mundo, de un castigo de Dios, de la venganza de la madre tierra,  de un invento de los gobiernos para crear pánico, en fin… miles de noticias que atiborran nuestra mente y pensamiento creándonos miedos e inseguridades.  No hay que difundir toda la información que nos llega.   Hay información que ya no es relevante y lo único que hace es generar más  ruido y angustia.  Difundir información que no puedes comprobar y que hacemos crecer al reenviarlo no va a hacer nada bien.  Es valido y justo preguntarnos ante la información que recibimos de qué fuente proviene y si repetirla o compartirla ilustra o hace más sabio a nuestro destinatario.  El resto es expandir el virus del miedo y la desinformación.

Cuarta clave…Normalizar la anormalidad

 Pese al cambio de nuestra rutina debemos tratar de mantener algunas actividades que sin estar cerca de aglomeraciones y grupos de personas que puedan o podemos poner en riesgo puedan apoyarnos a mantener nuestra salud intelectual, física y mental.  Planea tus días viviendo un día a la vez, el hoy, esté momento. Hacer deporte, compartir con tu núcleo familiar, tocar tu instrumento favorito, poder tener conversaciones con la gente diferentes al virus.  Aun siendo obedientes a las indicaciones del gobierno existen muchísimas cosas que podemos seguir haciendo.   Girar alrededor de la epidemia no cura la epidemia, pero el aumento de preocupación y estrés puede – según los médicos – hacerte más débil a la misma.  No te enfoques en lo que no puedes hacer, enfócate en todas aquellas posibilidades y en todo lo que si puedes hacer, veras así el montón de actividades que podrás desarrollar. Trata de normalizar tu vida hasta donde te sea posible para mantener tu mente despejada frente a la toma de decisiones y ver en la anormalidad espacios para tu crecimiento personal y de relación con los demás.

Quinta clave: Mantener la empatía

La situación de riesgo no puede volvernos ausentes emocionalmente de las preocupaciones y emociones de los demás.  Caras de tragedia y preocupación permanentes que contagia a niños y adultos .  Hay que darnos cuenta de nuestras actitudes y nuestras palabras frente a esta situación.  Instalemos en nuestra mente frases mas positivas hacia los demás, seamos una voz de aliento en la incertidumbre y el miedo que sume y aporte algo bueno a algunos de los que nos rodea. No nos aislemos por completo, siempre podemos tener cierto contacto con los demás. Que el miedo no paralice nuestra caridad, dice el Papa Francisco.

Cuanto más negativos nos volvemos, más ciegos nos volvemos a las oportunidades que podemos aprovechar como personas, como pareja, como familia, como empresa y como sociedad.  

Es imposible ver en esta crisis lo que ella representa y las lecciones que nos quiere dar si mantenemos una actitud negativa.  Es imposible ante el miedo y negatividad ver en ella una oportunidad de tomar decisiones diferentes a las que toma la masa para cuidar nuestra salud emocional y reinventarnos para salir fortalecidos de manera personal y como sociedad.  Veamos el problema, veamos la dificultad pero no permitimos que ella nos doblegue o que entremos en una paranoia desconociendo las oportunidades que la vida nos da en estos momentos de crisis.  

Si entrenamos nuestro cerebro para ver lo positivo y las oportunidades aumentaremos la capacidad de ver y enfrentar los acontecimientos con prudencia y esperanza en medio del miedo y con firmeza y reflexión frente a las decisiones en medio de tanta y tanta información y desinformación en estos tiempos de crisis. 

No perdamos la fe, sigamos adelante, esperemos lo mejor de todo esto, cuidémonos unos a otros y sobre todo confiemos…confiemos en Dios y en la vida que todo esta perfecto, todo va a estar mejor!

**Datos tomados de diferentes sitios de internet. Especialmente datos del Colegio de Profesionales en Psicología, haciendo un llamado vehemente a la prudencia, a la precaución, a la racionalidad y, especialmente, a la solidaridad humana y a nuestra capacidad de cuidarnos entre todos.

**También datos tomados de un llamado y aporte de Viviana Gálvez, consultora de la Firma Rincón Aguilar – Colombia