Todas estamos pasando por cierto aprendizaje, en diferentes niveles, diferentes tiempos, diferentes formas de llevarlo y ponerlo en práctica haciéndolo vida en nuestra vida.

Estamos aprendiendo a tomar decisiones, elecciones más conscientes y responsables para crecer cada día.

Tomar elecciones conscientes significa aprender de los “errores cometidos”, no responsabilizar a nadie más por las consecuencias que traen las decisiones que nosotras mismas tomamos, incluso cuando parece que las tomamos por otras personas y a tomar decisiones alineadas a nuestro verdadero bienestar.

Sobre este último es que me enfocaré en este mensaje: en tomar decisiones alineadas a nuestro verdadero BIENESTAR.

Dejemos de ser permisivas y tolerantes con todo aquello que ya reconocemos que nos hace mal. El día a día, el estar en “automático”, el ocuparnos con lo que en realidad no es importante y no nos aporta, nos lleva a acostumbrarnos a situaciones, emociones, clases de relaciones que se convierten en fuente de malestar; como nos acostumbramos, empezamos a creer que es “normal estar así”. El tema es que cuando nos acostumbramos a algo, creemos fielmente que esa es la única realidad, bloqueando de esta manera todas las opciones que tiene la vida para nosotras, bloqueando así nuestro propio bienestar.

Puedes elegir acostumbrarte a sentirte bien, puedes crear al hábito de estar en calma y no me refiero a estar todo el tiempo “modo estoy bien”, cuando en realidad estamos “anestesiando” nuestras emociones, no me refiero a no darte permiso para no sentirte bien, nada de eso.

Lo que deseo mostrarte es que cuando te acostumbras a algo, ese algo empieza a parecer “normal y natural”.

Debemos tomar conciencia que no es natural estar todo el tiempo tristes, enojonas, en queja constante, frustradas, mal humoradas. No es natural creer que todo el mundo quiere hacernos daño y vivir a la defensiva constantemente. No es natural creer que tenemos que permitir maltratos o un amor a medias, porque nadie más lo hará.

Por favor dejemos de acostumbrarnos a estar en mal-estar.

DESPERTEMOS nuestra consciencia y tomemos ACCIÓN.

Ahora que has leído esto, pregúntate:

• ¿Con qué estoy siendo permisiva que me hace mal?

• ¿A qué situaciones me he acostumbrado creyendo que son naturales?

Identifícalas para permanecer consciente en adelante y así crear un nuevo hábito de bien-estar.

Cuando creamos el hábito de bien-estar buscamos la alegría, nos inclinamos a la entrega con amor no por obligación sino por propia decisión, no tenemos razones ni motivos para estar a la defensiva, solo admitimos buenos tratos de parte de los demás porque eso es justamente lo que ofrecemos nosotros también, no estamos dispuestas a vivir un amor a medias sino un amor pleno, responsable y compartido y la gratitud invade nuestro corazón cada día de nuestra vida y nos centra en todo lo grande y pequeño que poseemos.

Vivamos nuestros días en BIENESTAR, eliminando actitudes de mal – estar, de esa forma nuestra vida tendrá mayor significado e iluminaremos la vida de los demás, en especial nuestro prójimo – quien es el más próximo a nosotros. Empecemos por ahí!!