La “higiene mental” es parte de un trabajo interior a nivel individual para mejorar como persona. Se trata de abordar la mente como si fuera un jardín, poner flores bonitas detrás de la ventana y trabajar y cuidar para que no se conviertan en malas hierbas. Con esto estaremos en disposición de conseguir una “Ecología mental” que consiste en generar a nuestro alrededor un ambiente libre de elementos contaminantes, elementos que nos impiden avanzar de manera positiva por la vida.

Entre muchos de los ejercicios y propósitos que podemos hacernos para llevar a cabo esta “higiene mental”, existe un ejercicio, el cual particularmente disfruto mucho hacerlo. Se llama: “Mi jardín interior”.

Con nuestra mente podemos crear e imaginar todo lo que queramos, entonces creamos en ella un espacio especial, un lugar favorito en el cual podemos sembrar todo lo que queremos. Podemos sembrar semillas de tolerancia, podemos sembrar más amor, respeto hacia los demás y hacia nosotras mismas, podemos sembrar comprensión, imaginación, paciencia, voluntad, valor, esperanza, fuerza, fe, misericordia, compasión hacia los demás y hacia nuestro propio ser… Y así podemos ir sembrando muchísimas cosas más.

Recursos que necesitamos para cualquier situación en nuestra vida, cosas que queremos ir haciendo crecer y aumentando en nuestro ser día día. Y todo eso que sembramos lo vamos cuidando, lo vamos regando, lo vamos viendo crecer poco a poco con las diferentes actitudes que podamos ir asumiendo diariamente y cuidándonos de igual forma de la mala hierba.

La mala hierba son todas aquellas actitudes y acciones que realizamos que nos enturbian el día y que hacen que esas semillas maravillosas que sembramos eviten crecer, desarrollarse y dar lo mejor.

La Mala hierba la debemos ir sacando poco a poco desde la raíz y tirarla, esa es una forma de cuidar nuestro jardín, de dejar crecer lo mejor para nosotras e ir mejorando día a día con los mejores “cultivos internos” que ayudarán a dar un descanso al alma y elevarán nuestro espíritu para lo mejor y el mayor disfrute de la vida.

Cuantas veces alimentamos nuestro cuerpo con los alimentos adecuados para tener energía y seguir funcionando adecuadamente cada día, cuantas veces hacemos actividad física para sentirnos mejor y aportar más salud a nuestro cuerpo?… Somos seres integrales, por lo tanto nuestra mente también hay que cuidarla, dedicarle tiempo, conocerla y saberla encaminar de manera adecuada por la vida.

“O controlas tu mente, o tu mente te controla a ti”… así de simple … por lo tanto esta higiene mental es una manera muy representativa de controlarla y en especial una forma de aportarle cada día lo mejor que queremos darle al mundo y darnos a nosotras mismas a la vez.

Muchas veces – y para quien tiene fe – ese jardín interior lo podemos preparar nosotras, ararlo, y mantenerlo con nuestra voluntad y nivel de consciencia, pero a la hora de sembrar esas diferentes semillas, quien podemos dejar que las siembre es Dios…esa mano divina puede escoger todas aquellas semillas que necesitamos hacer crecer en nuestra vida cada día.

Si eres una persona de fe, déjale esa parte a Dios, confía en Él, deja que sea Él el mejor jardinero en tu vida. De esa forma, ese jardín interior, será el jardín más hermoso y colorido que puedas imaginar!