Te has puesto a pensar, a hacer conciencia en QUIEN CONTROLA TU VIDA? Habrá alguien a quien le entregas el control de tu vida y quizá no te das cuenta o lo vez como algo “normal” que sea así, de esa forma?

Hay alguien que te hace enojar o te irrita? Quién te hace sufrir? Quién se atreve a romperte el corazón? Quién te lastima deliberadamente? Existe alguien que te roba la felicidad o te quita la tranquilidad? Quién controla tu vida? Serán tus padres? Tu pareja? Tus hijos? Tu suegra, tu jefe o tu trabajo?

Podríamos hacer una lista larga buscando posibles sospechosos, culpables y responsables del tema en cuestión. Con solo hacer un poco de memoria y recordar nuestro pasado podríamos sacar a relucir y recordar todas aquellas personas que de una u otra forma “no nos han dado lo que creemos merecernos”, nos han tratado mal, o simplemente personas que han pasado por nuestra vida y se han ido dejando un profundo dolor que todavía no logramos entender.

Pero hay algo básico, algo que debemos entender e interiorizar y es el tema que no tenemos porque buscar nombres de posibles responsables o culpables de nuestras desgracias o sentimientos… la respuesta es mucho más sencilla de lo que podemos imaginar.

La clave del asunto, lo importante aquí es que nadie, absolutamente NADIE nos rompe el corazón, nadie nos hace sufrir, nadie nos hace daño, y no hay nadie que nos quite la paz!! No hay nadie que pueda tener esa capacidad en nosotros a menos que nosotros se lo permitamos, le abramos las puertas y le entreguemos el control de nuestra propia vida.

Llegar a pensar e interiorizar en nosotros con ese nivel de conciencia puede ser un gran reto, pero no es tan complicado como parece.

Se vuelve mucho más sencillo cuando comprendemos que lo que está en juego es nuestra propia felicidad y definitivamente el peor lugar para colocarla es en la mente del otro, en sus pensamientos, comentarios o decisiones.

Se dice que el hombre sufre más NO por lo que le pasa, sino por lo que interpreta acerca de las cosas que le suceden.

No se sufre por la acción de la otra persona, sino por lo que sentimos, por lo que pensamos o interpretamos de lo que hizo esa persona, por consecuencia directa de haberle dado el control de nuestra vida, sentimientos y emociones a alguien ajeno a nosotros.

Lo más curioso de todo, es que la gran mayoría de las personas que según nosotros nos “lastimaron”, siguen sus vidas como si nada hubiera pasado, algunas inclusive ni se llegan a enterar de todo ese teatro, de todo ese malestar y disgusto que estamos viviendo en nuestra propia mente.

Un claro ejemplo de la dependencia que podemos llegar a tener con otra persona lo viví hace un tiempo en el transcurso de una terapia a una madre joven donde al preguntarle si existe alguien que se imponga o le impida realizar el cambio y mejora que busca tener, que pensara en una única persona responsable de lograr un cambio en ella?… por un breve momento se quedó pensando en la respuesta y de inmediato contestó: “Si, claro…. mi suegra!”. A partir de ahí supe qué camino seguir con su tratamiento.

No podemos ni debemos pasarnos la vida cediendo el poder a alguien más, porque de esta manera terminaremos dependiendo de elecciones de otros, nos convertimos en marionetas de sus pensamientos, acciones y reacciones.

No debemos permitir que nadie decida por nosotros, nadie puede obligarnos a sentir o hacer algo que no queremos, tenemos que vivir en total libertad, no debemos entregar el control de nuestra existencia para que otros escriban nuestra propia historia. Tal vez tampoco podamos controlar lo que pasa, pero si podemos reaccionar e interpretar aquello que nos sucede.

La próxima vez que pienses que alguien te lastima, te quita la paz, te hace sufrir o de alguna manera sientes que controla tu vida, recuerda: NO es él, NO es ella…eres TU quien lo permite y está sólo en tus manos volver a recuperar el control, vivir en plena libertad de acción y decisión y así acercarte más y más a la felicidad genuina, la cual no depende de lo externo sino que está muy dentro de ti!

A continuación te dejo una serie de tips o recomendaciones para valorar y tomar en cuenta. Aunque cada quien lleva su vida, sus metas, deseos y aspiraciones de manera distinta, éstas nos pueden servir como guía de alguna manera.

Puntos que podemos valorar y tomar en cuenta para que nos ayuden en un proceso de cambio:

1.Averigua lo que quieres. Es muy bueno tener sueños y metas en la vida, el problema es olvidarlos conforme se “sobreviven” los días, afirma Brenda Della Casa, autora del libro “Cinderella Was a Liar”.

Para modificar ese comportamiento crea una “pirámide de vida”, coloca lo que más quieres lograr en la cima, y prosigue así con otras metas por orden de importancia hasta tener 10 puntos, después anota tres maneras en las que trabajarás para alcanzar o mantener estos objetivos.

2.Planea tu tiempo. Siempre tienes la opción de decidir qué hacer con tu tiempo, no se trata de que estés ocupada al máximo, incluso los momentos de descanso son algo en lo que debes pensar. Cuando planeas tus actividades tienes más control de lo que puede suceder.

3.Olvida el azar. Siempre es bueno tener fe en que las cosas buenas pasarán, es parte de la motivación, sin embargo no puedes dejar que solo suceda, el trabajo que realices como la persona responsable de tu vida es lo que te ayudará a lograrlo.

4.Deja de dar excusas. Y aceptarlas; todas las personas tienen “razones” por las que hacen o no las cosas, pero son estas las que te impiden mejorar un mal comportamiento. Erradicarlo consiste en aceptar los errores y planear cómo evitar que vuelvan a ocurrir.

5.Cuida tus palabras. Una vez dichas no hay manera de regresar, si buscas que todo sea lo más cercano a lo que quieres, piensa el mensaje antes de expresarlo pero jamás te quedes callada. Y cuando creas que te equivocaste, actúa rápidamente aclarándolo o pidiendo disculpas.

6.Agradece. La gratitud puede abrirte puertas, por lo mismo debes agradecer lo bueno y lo malo, porque todo te ha enseñado cómo debes seguir viviendo, lo que debes o no hacer, personas con quien estar, sobre todo cómo tener más control sobre tu vida.

Tomar el control de tu vida te ayudará a ser más feliz y encontrar la paz.