Nuevamente Walter Riso nos deleita con uno de sus libros sobre el valor imprescindible de la autoestima.

Del libro de Walter Riso: “Enamórate de ti”, les resumo uno de los tantos temas que me ha llamado la atención sobre “El punto de control interno”:

En uno de los capítulos de su libro, Riso menciona que las personas de acuerdo con el lugar donde ubiquen la posibilidad de gestionar su propia conducta, pueden ser consideradas “con orientación interna” o “con orientación externa”.

Los individuos que se mueven por un manejo interno colocan el control dentro de ellos mismos; dirán que son ellos quienes guían su conducta y que son los principales responsables de lo que les ocurre. Asumen el destino, no como algo dado desde afuera, sino como algo que deben construir con su propio esfuerzo y constancia. Por lo tanto, no suelen echarle la culpa a otros de lo que acontezca en su vida. Desde este punto de vista, son realistas, perseverantes y no tienden a darse por vencidos fácilmente.

Por su parte, las personas orientadas externamente creen que sobre su conducta operan una cantidad de eventos y causas que escapan de su control y frente a los cuales no pueden hacer nada. Por ejemplo: la suerte, los astros, los ovnis, el destino, etc. Suelen ser personas fatalistas y resignadas ante la adversidad. Su pensamiento es inmovilizador: “nada puede hacerse”; así lo quiere el destino” o “para qué intentarlo”. Si esta creencia es generalizada, verán los intentos de modificar el ambiente negativo como infructuosos o como una pérdida de tiempo inútil que a nada conduciera. La mayoría de las veces, actuar con un punto de control externo desemboca en una baja autoeficacia.

La posición que asuma cada uno frente a lo que depende de él y lo que no depende está determinada por el aprendizaje social, los modelos y el sistema de valores de los grupos familiares y culturales. Podríamos preguntarnos por la fe y la esperanza, y la respuesta que ofrece la psicología es que si activan de manera realista o al servicio del crecimiento personal, es decir, sin negar el verdadero ser, son poderosas fuentes de motivación.

El refrán: “a Diós rogando y con el mazo dando”, es un buen ejemplo de lo que aquí Riso quiere decir. Sentarse a esperar que las cosas nos caigan del universo no es una buena actitud. Es mejor saber discernir cuándo actuar acorde un punto de control interno y cuando dejarse llevar por lo externo; en este tema, el punto medio es más saludable sin duda. La sabiduría antigua se acerca bastante a esta premisa.

Tú eres el que escribe tu destino. Dios, el universo o la vida te han dado la tinta y el papel para hacerlo, pero tu lo escribes. Tienes el poder del pensamiento y el don de la inteligencia, no para que seas víctima sino triunfador. Si acaso tienes la tendencia déjate llevar por un punto de control externo, revisa la creencia, vuélvela más flexible y racional; si crees en Dios, piensa en él como un asesor o cómo un padre que respeta la libertad de sus hijos; si crees en los astros, piensa en que ellos se equivocan demasiado; si tu horóscopo ha salido “malo”, desafíado. Las cosas dependen de ti más de lo que crees, así a veces te parezca una carga. Si tienes fe en algo o alguien, que sea un motor y una fuente de convicción de que eres capaz de funcionar por el mundo sin tantas muletillas; que esa fe no sea el recostadero de los cómodos.”

Tomado del libro: Enamórate de ti – Walter Riso