La mente humana tiene una doble potencialidad. En ella habita el bien y el mal, la locura y la cordura (…) Tal como sostenía Buda ella es la responsable principal de nuestro sufrimiento (…) ¿Qué hacer entonces? Conseguir que la mente se mire a sí misma, sin tapujos ni engaños (…) que se sorprenda de su propia estupidez (…) Para cambiar, la mente debe hacer tres cosas: a) dejar de mentirse a sí misma; b) aprender a perder; y c) aprender a discriminar cuánto se justifica actuar y cuánto no.

Walter Riso, el autor de Pensar bien, sentirse bien toma como foco de su análisis el pensamiento.
“Pensar” es lo que más hacemos en nuestra vida, durante el sueño y durante la vigilia, aunque las “irregularidades” de nuestro pensamiento cotidiano no las advertimos con la misma facilidad con que advertimos las del sueño. El pensamiento visto de esta manera (como pensamiento irracional) es un enemigo que vive en nosotros –nos dirá el doctor Luis Flórez-Alarcón en la presentación de estas páginas–, sin que nos alertemos de su capacidad destructiva. Riso dirá: “Una vez que las creencias se organizan en la memoria las defendemos a muerte, no importa cuál sea su contenido. Quizás esta sea la base de la irracionalidad humana.”
¿Es entonces posible cambiar la mente? De acuerdo con Riso, sí; es posible “revertir el proceso de irracionalidad que comenzó hace cientos o miles de años (…) somos capaces de darnos cuenta de los errores y desaprender lo que aprendimos”. Sin embargo, más adelante, en un capítulo titulado “La testarudez de la mente y la resistencia al cambio”, el autor nos explica que no es un proceso fácil:
Cambiar implica pasar de un estado a otro, lo cual hace que inevitablemente, el sistema se desorganice para volver a organizarse luego asumiendo otra estructura (…) El cambio requiere que desechemos durante un tiempo las señales de seguridad de los antiguos esquemas que nos han acompañado durante años, para adoptar otros comportamientos con los que no estamos tan familiarizados ni nos generan tanta confianza. Crecer duele y asusta.
Dividido en tres partes principales y varios anexos dedicados a aplicaciones prácticas, Pensar bien, sentirse bien transcurre en un lenguaje ameno, no exento de un riguroso profesionalismo donde sicología y ética se dan la mano, lo cual queda evidenciado en la tercera parte, “Reflexiones sobre el arte del buen vivir”, al abordar temas como “austeridad interior”, “sabiduría más que erudición”, “ética más que moral”.
Un capítulo revelador es el dedicado al perdón. “¿Cómo es posible que algunas personas que han sido violentadas en su fuero íntimo de la manera más brutal e ignominiosa puedan dejar el yo maltratado y saltar por encima del más profundo resentimiento (yo agregaría que justificado) para llegar al tranquilo valle del perdón y redimir al agresor y liberarse a sí mismos?” El autor parte de explicarnos la aproximación al perdón, a la decisión de perdonar, a partir de informarnos que no es el perdón, para de inmediato plantearnos qué es, sus condiciones y los caminos para llegar a él. “Perdonar es no odiar, es extinguir el rencor y los deseos de venganza (…) no es otorgar clemencia (…) no es renunciar a la justicia (…) no es olvidar.”
¿Cómo pensarnos a nosotros mismos? ¿Cómo alcanzar la paz interior? ¿Qué nos hace humanos? Son otras de las preguntas a las que se da respuesta en este libro, producto de varios años de investigación sobre terapia cognitiva, es decir la manera como procesamos e interpretamos la información que recibimos. Walter Riso, un especialista en sicología clínica y profesor de terapia cognitiva en varias universidades de Colombia y América Latina, ha puesto en nuestras manos esta herramienta útil para nuestra interrelación con los demás, con nuestra sociedad, con nosotros mismos.
Es un libro que les recomendamos, el cual veremos a fondo en nuestro Club de lectura el sábado 27 de julio, a partir de las 3pm.